El Bugatti Type 35 se encuentra entre los coches más emblemáticos y significativos de la historia del automovilismo. La obra maestra de Ettore Bugatti es una excelente combinación de habilidades de ingeniería, diseño, elegancia, ligereza y velocidad. Producido durante la década de 1920, logró un número increíble de victorias en competiciones en carretera y en pista. De hecho, fue diseñado específicamente para el mundo de la competición con la introducción de soluciones técnicas y mecánicas que lo hacían ideal para los circuitos de la época. Se caracterizaba, desde el punto de vista estético, por la inconfundible forma del radiador en herradura, marca registrada del fabricante de automóviles Bugatti. Gracias a su motor de 8 cilindros y 2.263 cm3, asociado a una caja de cambios mecánica de cuatro velocidades y dotado de un compresor volumétrico, el Bugatti Type 35B era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 210 km/h. Se produjo en un número limitado de ejemplares hasta 1930.